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Célula fotovoltaica: qué es, cómo funciona y tipos

Célula fotovoltaica: qué es, cómo funciona y tipos

Las células fotovoltaicas son el corazón de la energía solar. Estos dispositivos semiconductores transforman directamente la luz solar en electricidad mediante un fenómeno físico conocido como efecto fotovoltaico. Gracias a ellas, la energía solar se ha convertido en una de las fuentes renovables más utilizadas en el mundo, clave en la transición hacia un modelo energético sostenible.

A lo largo de este artículo exploraremos en detalle qué es una célula fotovoltaica, cómo funciona, qué tipos existen, cuáles son sus aplicaciones, su eficiencia, materiales de fabricación y su evolución en el mercado. Además, revisaremos los últimos avances tecnológicos y el papel que desempeñan en el futuro de la energía limpia.

Definición y principio de funcionamiento

Qué es una célula fotovoltaica

Una célula fotovoltaica es un dispositivo electrónico fabricado con materiales semiconductores —principalmente silicio— capaz de convertir la radiación solar en corriente eléctrica. Cada célula constituye la unidad básica de los paneles solares fotovoltaicos, que están formados por decenas o incluso cientos de ellas conectadas entre sí.

Su función esencial es captar la energía de los fotones de la luz solar y liberarla en forma de electrones que generan electricidad utilizable.

Cómo funcionan las células fotovoltaicasCómo transforma la luz solar en electricidad

El proceso se basa en el efecto fotovoltaico, descubierto en el siglo XIX y aplicado de manera masiva en el siglo XX:

  1. Incidencia de la luz: los fotones del sol impactan sobre la superficie de la célula.

  2. Excitación electrónica: la energía de los fotones libera electrones en el material semiconductor.

  3. Generación de corriente: gracias al campo eléctrico interno de la célula, los electrones se dirigen hacia un circuito externo.

  4. Producción de electricidad: esta corriente continua puede almacenarse en baterías o convertirse en corriente alterna mediante un inversor.

Diferencia entre célula fotovoltaica y fotoeléctrica

Aunque suelen confundirse, existe una diferencia técnica:

  • Célula fotovoltaica: convierte la luz solar directamente en electricidad (fotones → electrones).

  • Célula fotoeléctrica: responde a la luz modificando su resistencia o generando una señal, pero no está diseñada para generar energía eléctrica útil en grandes cantidades.

En resumen, la célula fotovoltaica produce energía, mientras que la fotoeléctrica suele utilizarse en sensores o aplicaciones de detección de luz.

Tipos de células fotovoltaicas

Las células fotovoltaicas se clasifican principalmente por el tipo de material semiconductor y el proceso de fabricación. Estas diferencias determinan su eficiencia, coste, durabilidad y aplicaciones prácticas.

Monocristalinas

  • Fabricadas a partir de un único cristal de silicio de alta pureza.

  • Reconocibles por su color negro uniforme y esquinas redondeadas.

  • Ofrecen eficiencia alta (18–24 %), lo que las hace ideales para espacios reducidos.

  • Son más costosas debido a la complejidad de producción.

  • Usadas en instalaciones residenciales y comerciales donde se busca máxima producción en poco espacio.

Policristalinas

  • Producidas fundiendo múltiples cristales de silicio, lo que les da un aspecto azulado moteado.

  • Su eficiencia es algo menor (15–18 %) pero compensan con un coste más bajo.

  • Representan una opción popular en instalaciones donde el espacio no es una limitación.

  • Su vida útil es comparable a las monocristalinas, rondando los 25–30 años.

De película delgada

  • Fabricadas depositando capas muy finas de materiales semiconductores (como telurio de cadmio o silicio amorfo) sobre superficies flexibles.

  • Son más ligeras y adaptables, pudiendo instalarse en superficies curvas o integrarse en ventanas y fachadas.

  • Su eficiencia es más baja (10–13 %) y requieren más superficie para generar la misma energía que otras tecnologías.

  • Adecuadas para aplicaciones arquitectónicas y proyectos donde el peso o la flexibilidad son prioritarios.

Nuevas tecnologías (perovskitas, orgánicas e híbridas)

  • Perovskitas: materiales cristalinos que han alcanzado eficiencias superiores al 25 % en laboratorio, con gran potencial de reducción de costes.

  • Orgánicas: hechas con compuestos basados en carbono, ligeras y económicas, aunque con menor durabilidad.

  • Híbridas: combinan distintas tecnologías para mejorar la absorción de la luz y la estabilidad.

  • Se encuentran en fase de investigación, pero representan el futuro inmediato de la energía fotovoltaica.

Eficiencia y rendimiento

La eficiencia de una célula fotovoltaica se define como el porcentaje de la radiación solar que logra convertirse en electricidad utilizable. Este parámetro es fundamental, ya que determina cuánta energía puede generar un panel en relación con la superficie que ocupa.

Factores que afectan la eficiencia

  1. Tipo de material semiconductor: el silicio monocristalino suele ofrecer el mejor rendimiento.

  2. Calidad de fabricación: impurezas o defectos reducen la capacidad de conducción electrónica.

  3. Temperatura de operación: a mayor calor, menor eficiencia (aprox. –0,4 % por cada grado extra).

  4. Inclinación y orientación: una instalación mal diseñada puede perder hasta un 20 % de producción.

  5. Sombra y suciedad: la acumulación de polvo, hojas o sombras parciales limita la generación eléctrica.

Comparativa de eficiencia entre tipos

  • Monocristalinas: 18–24 % → Alta eficiencia, recomendadas para espacios reducidos.

  • Policristalinas: 15–18 % → Buena relación coste-rendimiento.

  • Película delgada: 10–13 % → Menor eficiencia, pero mayor versatilidad en aplicaciones.

  • Perovskitas (en desarrollo): >25 % en laboratorio → Potencial revolucionario.

Avances recientes y tendencias futuras

  • Células bifaciales: aprovechan la radiación reflejada en ambas caras, aumentando la producción hasta un 30 %.

  • Concentradores solares (CPV): utilizan lentes o espejos para intensificar la radiación sobre la célula, alcanzando eficiencias del 40 % en condiciones controladas.

  • Tecnologías tandem: combinan diferentes materiales para aprovechar mejor el espectro solar.

  • Optimización con IA y Big Data: permiten ajustar la inclinación, la limpieza y el mantenimiento para maximizar la eficiencia real en campo.

En conjunto, los avances apuntan a paneles más compactos, económicos y duraderos, con un papel clave en la transición energética global.

Aplicaciones y usos prácticos

Las células fotovoltaicas se utilizan en una amplia variedad de contextos, desde el autoconsumo residencial hasta aplicaciones de alta tecnología. Su versatilidad y escalabilidad permiten que la energía solar se integre en casi cualquier ámbito.

Energía solar residencial

  • Instalación en tejados y terrazas para autoconsumo eléctrico.

  • Reducción de la factura de electricidad mediante sistemas conectados a red o aislados con baterías.

  • Posibilidad de vender excedentes de energía en países con normativa favorable (net metering o compensación simplificada).

  • Integración en edificios (BIPV – Building Integrated Photovoltaics), donde las células forman parte de fachadas, ventanas o tejados solares.

Uso en industrias y grandes instalaciones

  • Parques solares a gran escala capaces de generar electricidad para miles de hogares.

  • Autoconsumo en fábricas, almacenes y centros logísticos para reducir costes energéticos y huella de carbono.

  • Aplicación en agricultura (agrovoltaica), combinando producción de alimentos y electricidad en el mismo terreno.

  • Uso en transporte y movilidad sostenible, como estaciones de carga solar para vehículos eléctricos.

Integración en dispositivos electrónicos

  • Calculadoras, relojes y pequeños aparatos electrónicos que funcionan con mini-células solares.

  • Dispositivos portátiles de recarga solar (power banks y mochilas con panel solar).

  • Investigación en células fotovoltaicas flexibles para su aplicación en ropa, wearables y gadgets inteligentes.

  • Satélites y sistemas aeroespaciales, donde la energía solar es la fuente principal de alimentación.

Fabricación y materiales

La fabricación de células fotovoltaicas combina ciencia de materiales, procesos industriales avanzados y criterios de sostenibilidad. El objetivo es obtener dispositivos eficientes, duraderos y con el menor impacto ambiental posible.

Silicio y otros semiconductores

  • Silicio cristalino (monocristalino y policristalino): representa más del 90 % del mercado fotovoltaico actual.

  • Telurio de cadmio (CdTe): muy utilizado en células de película delgada por su bajo coste y buena absorción de la luz.

  • Diseleniuro de cobre, indio y galio (CIGS): permite fabricar células ligeras y flexibles con un rendimiento competitivo.

  • Perovskitas y materiales orgánicos: alternativas emergentes con gran potencial de reducción de costes y aumento de eficiencia.

Procesos de producción

  1. Purificación del silicio: se obtiene silicio de grado solar a partir de arena de cuarzo.

  2. Crecimiento de cristales: monocristalinos (proceso Czochralski) o policristalinos (fundición en bloques).

  3. Corte en obleas: láminas muy finas sobre las que se construirá la célula.

  4. Dopado y creación de la unión PN: se añaden impurezas controladas para generar el campo eléctrico interno.

  5. Aplicación de capas antirreflectantes: mejoran la absorción de la luz.

  6. Metalización y contactos eléctricos: se colocan finas rejillas conductoras para permitir la circulación de electrones.

Impacto ambiental y reciclaje

  • La fabricación de células requiere energía intensiva y productos químicos, aunque la huella ambiental se compensa en 1–3 años de uso gracias a la energía limpia que generan.

  • Existen programas de reciclaje de paneles solares para recuperar silicio, vidrio, aluminio y metales valiosos.

  • La Unión Europea y otros organismos están desarrollando normativas para garantizar un ciclo de vida más sostenible.

  • Los avances en diseño buscan reducir el uso de materiales tóxicos como el cadmio.

Costos y mercado actual

El precio de las células fotovoltaicas ha experimentado una reducción drástica en las últimas décadas, impulsado por la innovación tecnológica, la producción a gran escala y la creciente demanda mundial de energías limpias.

Evolución del precio de las células fotovoltaicas

  • En la década de 1970, el coste de un vatio fotovoltaico superaba los 70 USD/Wp.

  • Hoy en día, el precio promedio de los módulos solares se sitúa por debajo de 0,30 USD/Wp, gracias a la producción masiva en países como China, Corea y EE. UU.

  • La reducción de costes ha permitido que la energía solar sea competitiva con fuentes tradicionales como el gas y el carbón en numerosos mercados.

  • La mejora en la eficiencia y la optimización de procesos logísticos también han contribuido a abaratar la instalación completa de sistemas solares.

Proyecciones de mercado y adopción global

  • Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la solar fotovoltaica será la principal fuente de electricidad mundial antes de 2050.

  • El mercado global crece a tasas superiores al 15 % anual, liderado por Asia y con un fuerte impulso en Europa y América Latina.

  • Se espera que nuevas tecnologías como las perovskitas y las células bifaciales reduzcan aún más el coste por vatio generado.

  • La creciente electrificación del transporte y la industria abrirá nuevas oportunidades para la integración fotovoltaica.

En resumen, la energía solar fotovoltaica es ya una de las alternativas más rentables y sostenibles para cubrir la demanda energética a nivel global.

Conclusiones y futuro de la energía solar

Las células fotovoltaicas representan mucho más que una tecnología: son la base de una revolución energética que está transformando la manera en que producimos y consumimos electricidad.

  • Desde su invención hasta hoy, han pasado de ser dispositivos experimentales de alto coste a convertirse en la fuente de energía renovable de mayor crecimiento a nivel mundial.

  • La combinación de reducción de costes, aumento de eficiencia y expansión del mercado ha permitido que la energía solar sea competitiva con combustibles fósiles en numerosos países.

  • La innovación tecnológica —con células bifaciales, perovskitas, híbridas y tándem— promete superar barreras actuales, logrando dispositivos más ligeros, eficientes y económicos.

  • Además, su integración en edificios, transporte y dispositivos electrónicos permitirá que la energía solar forme parte de la vida cotidiana de millones de personas.

En los próximos años, la fotovoltaica jugará un papel esencial en la descarbonización global, apoyando la transición hacia un sistema energético más limpio, sostenible y accesible para todos.

Preguntas frecuentes sobre las células fotovoltaicas

¿Qué es una célula fotovoltaica en términos simples?

Es un dispositivo semiconductor que convierte la luz solar en electricidad mediante el efecto fotovoltaico. Constituye la unidad básica de los paneles solares.

¿Cuál es la diferencia entre célula fotovoltaica y panel solar?

La célula fotovoltaica es la unidad mínima que genera electricidad. Un panel solar está compuesto por decenas o cientos de estas células interconectadas para producir mayor potencia.

¿Qué tipo de célula fotovoltaica es más eficiente?

Las de silicio monocristalino ofrecen mayor eficiencia en el mercado actual (18–24 %). Sin embargo, tecnologías emergentes como las perovskitas ya han superado el 25 % en laboratorio.

¿Cuál es la vida útil de una célula fotovoltaica?

En promedio, entre 25 y 30 años, con una pérdida gradual de eficiencia de un 0,3–0,8 % por año, según el tipo y la calidad de fabricación.

¿Cuánto cuesta una célula fotovoltaica hoy en día?

El precio depende del tipo y aplicación. Actualmente, los módulos fotovoltaicos se comercializan por debajo de 0,30 USD/Wp, lo que los hace altamente competitivos frente a fuentes tradicionales de energía.

¿Se pueden reciclar las células fotovoltaicas?

Sí. Los procesos de reciclaje permiten recuperar hasta el 95 % de los materiales, incluyendo silicio, vidrio y metales, reduciendo el impacto ambiental y favoreciendo la economía circular.

Ernesto Correa Díaz

Ingeniero Técnico de Obras Públicas y apasionado de las energías renovables hasta el punto de crear mi propia empresa. Especializado en el estudio y dimensionamiento de obras, autoconsumo fotovoltaico, sistemas de calefacción con energías renovables.

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